Un emprendedor requiere “ser” de una forma determinada que no todas las personas pueden ser, por formación o personalidad.
Si no eres “así” lo mejor es que intenten aprender a serlo o que abandones tus deseos de emprender algo importante.
Para emprender un negocio… no es lo más importante tener una gran cantidad de dinero para invertir, pues si no se acompaña de una condiciones personales determinadas, será invertir para gastar y perder.
La pasión por tu trabajo, por tus ideas, por tus proyectos, es fundamental en todo emprendedor, sea del tipo que sea.
La pasión por tu trabajo, por tus ideas, por tus proyectos, es fundamental en todo emprendedor, sea del tipo que sea.
No hay horarios, no hay compartimentos estancos en la vida, hay que estar siempre impregnado de ese proyecto, para estar preparado “siempre” a dedicarle un tiempo, un pensamiento.
Eso no quiere decir que no se deba descansar, relajarse, tener espacios de descanso. Pero no es fácil ni posible asegurar en qué momento puedes dejar de ser emprendedor activo para convertirte en otra persona.
Debes creer en tí y en tus proyectos, en que vas a ser capaz de salir de cualquier dificultad, de que es viable e interesante, de que va a servir para algo más que para tu propio beneficio personal.
Debes creer en tí y en tus proyectos, en que vas a ser capaz de salir de cualquier dificultad, de que es viable e interesante, de que va a servir para algo más que para tu propio beneficio personal.
Debes saber relacionarte con gente y “vender” tu proyecto además de estar preparado para cualquier duda, pregunta, intromisión, ayuda.
Tu vocación por el proyecto debe implicarte siempre, pero debes organizar también una vida paralela que te haga absorber formación, tranquilidad, nuevas visiones del mundo que te rodea, vida social, calma.
Ten apuntado todo, para no improvisar nunca. Toma contactos de todo, lleva un Plan de Empresa o del Emprendimiento, cuida tus inversiones y haz muy bien los números antes de poner en funcionamiento el proyecto, rodéate de buena gente y elígelos bien.
Un emprendedor nunca se rinde. Incluso ni cuando fracasa. Un emprendedor nunca es a tiempo parcial pero tampoco durante unos pocos años. Un fracaso es una caída, pero es sobre todo un aprendizaje.
Tu vocación por el proyecto debe implicarte siempre, pero debes organizar también una vida paralela que te haga absorber formación, tranquilidad, nuevas visiones del mundo que te rodea, vida social, calma.
Ten apuntado todo, para no improvisar nunca. Toma contactos de todo, lleva un Plan de Empresa o del Emprendimiento, cuida tus inversiones y haz muy bien los números antes de poner en funcionamiento el proyecto, rodéate de buena gente y elígelos bien.
Un emprendedor nunca se rinde. Incluso ni cuando fracasa. Un emprendedor nunca es a tiempo parcial pero tampoco durante unos pocos años. Un fracaso es una caída, pero es sobre todo un aprendizaje.