El programa de La Sexta, el Salvados de Jordi Évole ha vuelto otra temporada más para dar una bocanada de aire fresco a la televisión. Y lo ha hecho por la puerta grande con un debate limpio e insustituible entre los líderes de Ciudadanos y Podemos, entre Rivera e Iglesias. Debate del que huyen los líderes de los partidos grandes.
Lo de menos es quien ha ganado en el debate, quien ha convencido más o quien ha planteado mejor sus propios argumentos, que para mí ha sido con claridad un Albert Rivera muy preparado para la ocasión, que excepto en las últimas partes del programa ha sabido dominar el debate bien, incluso a veces con una superioridad que le perjudicaba.
Lo importante es lo logrado, que España percibe que hay recambio y necesidad de haberlo, que es posible otra forma de entender el debate político, otra manera de presentarse ante la sociedad con ideas nuevas, con un idioma que es fácil de entender y además accede a los problemas de la sociedad. Sin duda la demagogia es una herramienta fácil y a veces se emplea, pero también es cierto que España necesita un recambio suficiente, unas nuevas caras, unas nuevas formas de entender la política. España necesita volver a creer en ella misma y con los líderes viejos no lo logrará ya nunca.
Así que claro ganador Évole, claro perdedor Rajoy, preocupado el PSOE pues ha quedado demostrado que hay otra izquierda posible y seria, ganador un Rivera que sabe aprovechar muy bien sus espacios y que transmite a “su” sociedad y futuros votantes una contundencia clara y una tranquilidad que ellos agradecerán. Y que tiemble el PP pues ni desde Galicia o desde la Moncloa van a encontrar fórmulas mágicas para detener el ciclón Ciudadanos. Excepto que surjan bigotes nuevos, y ni aun así.