Son cuatro elementos en línea que se ayudan entre ellos. Sobre todo que interactúan y se necesitan. Una persona, un animal de compañía, un objeto, la naturaleza. Una mujer, un perro, una pelota, el mar.
La sensación es de juego, de paz, de calma, de contemplación, de sosiego. No sabemos anda de todos ellos, pero intuimos que están felices. El perro cuida de la persona, pero la persona sabe que sin ella el perro no podría sobrevivir igual de bien. El perro tiene el juguete de la pelota, la mujer el juguete del mar.
Ambos están atrapados por el sonido del agua al romper contra la orilla, simplemente necesitan eso y la compañía mutua. Poca cosa. Suficiente. La distancia al agua es grande, no buscan apoderarse del agua, pisarla, acercarse tanto como para mojarse. Sólo se conforman con el sonido.
Con saber que el mar está allí mismo. Es lo único que busca el perro. Saber que allí también está su amiga, su manada. Son compañías silenciosas, pero muy útiles, imprescindibles. Todos necesitamos sentirnos acompañados. Pero a veces sirve una pelota, el mar o un animal de compañía.