Los RRHH deben trabajar mejor el reparto de las responsabilidades, construyendo redes de pequeños equipos dentro de la estructura de la empresa. La capilaridad en las organizaciones debe ser amplia y ya no se trata solo de formar un equipo, sino de organizar varios equipos que a veces queden entrelazados.
Como es lógico, ni es fácil ni se está produciendo por igual en todas las empresas españolas estas reformas de gestión de los RRHH, ni se opina lo mismo en todos los procesos para crear equipos profesionales, ni por desgracia es posible hacerlo así siempre, pues se necesita una formación alta, sobre todo por parte de quien dirige los equipos.
Hay que definir la estructura del equipo o de los equipos, adaptarlos a las necesidades de cada empresa, dibujar muy bien las funciones de cada integrante del equipo con solapamientos entre ellos para tener posibilidades de recambio, lograr una gestión del talento particular con arreglo a las necesidades de cada empresa, motivar a los integrantes para que se integren en serio y con toda su voluntad en los mecanismos de trabajo en equipo.
Todo esto debe ser acompañado de sistemas de control de la gestión, de evaluación de los objetivos y de la motivación de los integrantes para que se sientan siempre activos dentro del engranaje del equipo.
Lograr un excelente gestión de los datos que nos entregan una radiografía de lo conseguido, es fundamental para tomar medidas correctoras, que siempre son necesarias.
Uno de los grandes errores que hasta ahora hemos cometido en los departamentos de RRHH es el de acelerar los trabajos, es de presionar, el de exigir los resultados en el corto plazo sin cuidar el funcionamiento de los equipos como el elemento que otorga calidad a la empresa.
Ya no se trata de “hacer muchas más cosas con el equipo más pequeños posible” sino de “hacer mucho mejor los cosas, y que no creen estrés negativo” pues a medio plazo se logra quemar el equipo y con ello alejarnos de la búsqueda de la excelencia del servicio.
Cada una de las personas representan el talento de la organización, deben ser cuidadas como las manos que mueven a la empresa, más en tiempos en los que la competencia para distinguirnos de los demás, será brutal pues existen muchas formas de ser competencia, algunas alejadas miles de kilómetros.
Los departamentos de Recursos Humanos deben motivar y organizar, gestionar producciones pero sobre todo a personas y a talentos, deben cuidar que la formación esté actualizada siempre, cuidar el liderazgo y potenciarlo, vigilar el funcionamiento y estar siempre preparando los recambios en los equipos pero nunca propiciándolos.
Todos los equipos tendrán movilidad por varios factores, pero gestionar estos cambios normales es tarea diferente a la incidir en ellos. antes hay que saber formar, lograr el ascenso y recambio interno, saber adaptar integrantes según van cambiando los tipos de producciones o servicios.