Es curioso observar que a veces escribo de tonterías que logran un centenar de visitas en pocas horas, mientras que a veces sobre asuntos serios no llegan a las 30 tras unos días ya colgadas. Cuando son temas importantes la competencia en la red es tremenda y apareces en posiciones flojas en los buscadores. Nos quedan a los pobres de espíritu hablar de cosas muy minoritarias para lograr unas visitas aceptables. Aunque nadie sabría explicar qué son o cuántas deben ser las visitas aceptables ante un escrito de unas pocas líneas.
Escribir muchas veces es un placer para quien lo hacemos. Así que lo de lograr lectores casi sería lo de menos. Pero también es cierto que dentro de todo desnudo existe la necesidad de la contemplación. Y si falta, hay que buscar un espejo con urgencia. Desnudarse para no enseñar o no verse, no sirve para casi nada, hace frío si nadie te observa.
La vida es rara, tal vez por eso es fabulosamente maravillosa. Pero no es fácil de entender, hay que asumirlo. Las sensaciones van cambiando, incluso hay ocasiones de varias veces en el mismo día. Somos volubles pero también constantes y fieles. Es compatible ser cambiante y ser muy fiel. Es totalmente posible e incluso necesario.