La muerte es insuficiente, en serio, te deja frío, detrás de ella ya no viene nada, resulta corta y escasa. No da tiempo a disfrutarla. Además tras la muerte viene la descomposición, la rotura de todo, la pérdida de los recuerdos, el vacío, la insuficiencia total. Luego, la duda es clara. Si no sirve de nada la muerte ¿para qué morimos?
Me dirás tú —que ya sé que estás en todo— que para que haya recambio, para que no nos amontonemos todavía más. Bueno, es una forma de verlo. Pero con la de planetas vacíos que hay según hemos visto en fotos, joder, con lo que además nos gusta viajar, podríamos inventar algo para viajar más lejos, de pelota en pelota, de estrella en estrella. ¿No? No. Lo malo —os lo aviso si no está claro— no es la muerte que es una tontada más. Lo malo es la enfermedad.