Estas esencias, estos perfumes naturales y caseros llevan dos cartelitos con su nombre. Lo de menos es el olor, lo de menos si sus fragancias ayudan a encontrar lo que pregonan en el nombre. Lo importante es el nombre. En la vida básica, en la común que todos tenemos delante para disfrutar de ella, estas dos palabras son básicas. Serenidad. A carcajadas.
Necesitamos estar seremos, más cuando la situación parece llevarnos al abismo, al problema, al conflicto. Entonces la serenidad es imprescindible. Y posiblemente necesita de algo de sentido del humor para relativizar todo. Si dominamos esos momentos, sin duda el gran complemente vital es la sonrisa, el buen humor, las carcajadas.
Ni la serenidad ni las carcajadas son sencillas de comprar. Pero sí son sencillas de fabricar. Depende de nosotros y de nuestra capacidad de relativizar los aspectos de la vida que son negativos. Todos los tenemos. Unos más duros que otros, sin duda. Pero para dominarlos y que se nos apoderen, la serenidad es imprescindible.