Ticket de carnicería. Para todos. Para no hablar


Nos hemos acostumbrado a lo que ya consideramos normal, pero no hace muchos años estos papelitos no existían y “la vez” se pedía en la fila de la gente.

—¿Quien es el último?

Ahora estos papelitos, pequeños impresos de colores que tenemos que arrancar de un rollo impreso casi como si fuera papel de WC pero en delgadito, están en la fila del desempleo, en la Seguridad Social, en la pescadería o en todo sitio donde tengamos que esperar un tiempo, nuestro turno. 

Es el mundo del silencio, que se nos ha apoderado. Ya no necesitamos preguntar, hablar, sonreír, conocernos lo más mínimo. Cogemos nuestro turno y esperamos con cara de circunstancia. Es la modernidad. 

Las centenas no cuentas, no son importantes. Por eso van en hueco. Si acaso decenas. Uff!