No sean más listo que nadie ni más tonto que los demás. Escucha, apunta, guarda, reflexiona, repasa, contesta, influye, aprende, aprende, aprende. Hay que estar muy preparado, y constantemente aprendiendo. Los idiomas no son ya un activo, simplemente son algo imprescindible como comer o vestirse todos los días.
Sé ambicioso pero también entregado a tus proyectos; reparte formación y aprenderás a recogerla, reparte sonrisas y te las devolverán, reparte buenos servicios y te los pagarán mejor. Si siembras recogerás frutos a medio plazo. Olvídate de cobrar al contado por tus ideas, pero aprende a elegir a tus contertulios, para que nada sea gratis y exista posibilidad de intercambiar proyectos y con ello beneficios a medio plazo. En estos tiempos hay que cobrar a medio plazo lo que se entrega, pero compartir no es regalar.
Existe la suerte. Pero sobre todo existe el trabajo duro, la preparación constante, la ambición básica, pero también el reparto de papeles y el trabajo en equipo. Es más fácil triunfar si se trabaja duro para triunfar y con una meta clara y constante. Vendrán problemas, es lo lógico. Así todo valdrá más en tu interior, todo será más gratificante cuando se triunfe. Organiza tu meta, visualizala y prepárate para ello. En estos tiempos ya nunca se dejará de seguir aprendiendo. Y eso depende de tí.