El horror, lo feo, tiene también su aquel, su público, su influencia en los escaparates de la vida. No sé explicar los motivos, los por qué, pero los tienen. Os dejo el ejemplo de esto. Es un pueblo español, un escaparate donde venden algunas muestras artísticas o artesanales, que tampoco sabría delimitarlas bien. Y como podemos contemplar, son horrorosas. Ojo, eso no quiere decir que no sean artísticamente provocadoras y diferentes, válidas y curiosas. No siempre la belleza es una y libre, hay muchas y variadas. Y esta puede ser una de ellas, de las escondidas, de las incomprendidas por mi, pero belleza al fin y al cabo. Tal es así, que las fotografié. Por algo sería. por algo me llamarían la atención.