No es fácil imaginar la cara que tuvo que poner el señor que inventó estas postales turísticas de la Andalucía más cañí, cuando en sueños se imaginó que se podría crear una postal en relieve. Es un trabajo de artesanía pura, hecho a mano, con mucho trabajo sobre cada postal, inimaginable hoy en día, pues se cosía a mano el bordado y las telas del vestido y luego todo el conjunto de la postal cosida se pegaba sobre otro papel donde iba impreso la zona del texto y la dirección, pàra que así no se notará para nada los zurcidos y los cosidos del traje sobre la zona preparada en la postal para escribir.
Estas postales en relieve se mantuvieron hasta los años casi 90, todo un esfuerzo de algunas casas para sobrevivir a los tiempos modernos. Había que mandarlas en un sobre cerrado, no servía mandarlas sin sobre, dado que las telas y bordados se podían estropear en los viajes del cartero.