En realidad nunca se “borbonea” y ese concepto hay que cambiarlo rápido por el más correcto de “reinea”, algo habitual entre Reyes de toda índole. Reinear no figura en los diccionarios, un error, pero sin duda no sólo los Borbones medran e interfieren, todos los anteriores y los futuros, los vecinos y los alejados, “reinean” con elegancia algunos y con saña otros. Es que en realidad, pensemos: ¿Si no es para “reinear” para qué están?
Hoy leyendo a Pániker nos (me) decía una frase en boca de Felipe González que le comentaba Villalonga, que me ha resultado simpática. José Luis de Vallolonga le pregunta a Felipe por los GAL, y éste, listo donde no hay muchos, le decía con sorna: —”Si yo lo supiera, también lo sabría el Rey”. Y con esta frase tan bien dicha, que cada uno entienda lo que quiera, pues está dicha para no decir nada y para decir todo.
Si al final de esta zarzuela de incapaces, no sale un plato al menos comestible, el propio Felipe saldrá tocado. Y lo sabe o se lo han hecho saber. Así que borbonear es posible que no. Pero “reinear” sin duda. Son tantos los intereses mezclados, que vienen desde fronteras muy alejadas a barrios muy cercanos, desde los más escondidos escritorios a los escribanos que van a misa o a los que la dan para repartir hostias, que no me cabe ninguna duda de que “reinear” es una función lógica y básica de los Reyes. Otra cosa es que se ponga sobre un papel, se airee y se nombre, o no se tenga la obligación de negar siempre y rápido esta posibilidad. Tonto el último. Y Felipe no quiere ser el último.