En la imagen vemos a dos políticos con la cabeza bajo el agua. No la tienen escondida, es que están hablando en secreto. Ya van saliendo algunos nuevos sondeos electorales ante unas posible terceras elecciones, para impresionar y medrar sobre las que se las creen, que cada vez somos menos. El diario conservador La Razón ya nos advierte que el Partido Popular sería el de votantes más fieles, y que ellos no cambian ni esperando un otoño caliente de juzgados y juicios contra la corrupción. Los Populares son fieles y no escuchan las noticias.
Pero algunos datos sí son para tener en cuenta, no por su finura, sino por su tendencia. Cuando más mayor es el votante, menos fiel es a los partidos nuevos. Cuanto más joven se es, más se apoya a los partidos de izquierda y si son regeneradores mejor. Pero luego estos mismos jóvenes se quedan en casa y no acuden a votar, como si los gobiernos de su país no fueran con ellos. Los mayores de 60 tenemos pocas elecciones por delante, nos la trae al pairo —en realidad vital— quien va a gobernar, pues el futuro nuestro va por otros caminos. Pero seguimos acudiendo por responsabilidad. Uff! Quien logre desatascar este caos, si luego lo hace bien, tiene gobierno asegurado para 12 años.
Parece ser que Ciudadanos es el que menos fieles tiene y tras él aunque a distancia considerable está el PSOE. Los fieles de Podemos, los que quedan, ya parecen asentados. Como desde Europa nos van a dar cera de la que arde, la izquierda ni tiene fuerzas ni se les espera para enderezar este barullo. No deben, no quieren, no tienen sinergias entre ellos. No es posible, aunque muchos desearíamos más trabajo conjunto, más capacidad, más sentido de la responsabilidad y más utilización de la rasmia pero con cabeza, no con hígado.
Pero Ciudadanos sabe algo fundamental, fundacional más que nada. Sus votos se disputan entre ellos y el PP. Si apoyan al PP y en otoño empiezan a salir juicios y culpables mezclados con ajustes duros desde Europa, pueden dar por jodida la regeneración que ellos representan, y se hunden en el mismo pozo que UPyD. El PSOE sabe también que si apoyan a Rajoy —no tanto el PP— y salen estas nueces coconas escondidas, los enemigos vecinos de Podemos les harán el baile de los pajaritos y sin acordeón.
En este verano de 2016 no nos estamos jugando el otoño 2016 ni el año entero de 2017. Nos estamos jugando una década al menos. Que podría ser tranquila o muy nerviosa, roja o azul, del Opus o de los universitarios. Así que los errores tienen una factura enorme, los riesgos hay que calcularlos con suavidad e inteligencia. Ya no se trata de mover los peones, sino de colocar muy bien posicionadas las torres y los alfiles, pues los vamos a necesitar para el jaque mate.