Los comportamientos casi antidemocráticos se pueden producir en todos los países, también en los democráticos, en los que todo parece ir sobre ruedas engrasadas. Reírse de los ciudadanos retorciendo la ley suena a feo, sobre todo si dura muchas semanas, meses, y jugamos con los tiempos y las instituciones, los silencios y las tácticas de ajedrez. Europa nos contempla y sabiendo que se juega a restar a dos de los cuatro, para volver a dejar a dos, se impacientan por lo larga que está resultando la partida.
Ferran desde La República de las Ideas, la clava, como siempre en esta viñeta.