Las hemerotecas son tristes, son un notario complicado de leer, de observar, de creer en ellas. ¿Es verdad lo que vemos entre estas páginas o es simplemente una mentira más, que se ha vuelto vieja?
No sabría decir qué portada de El País es más falso y no por culpa de nadie en concreto, sino de todos en unión.
Reflejan unas verdades a medias o simplemente unas verdades inventadas para convencernos a todos los espectadores, de que nunca sucede nada. Todo lo tienen bien controlado por nuestro bien.
Una portada es del 22 diciembre de 2015. Refleja las primeras impresiones tras las elecciones generales del 20D. Lo que dicen los titulares no se cumplió.
La otra es del 14 de julio del 2014, cuando habían levantado a Pedro Sánchez al Olimpo de los elegidos, con todo el apoyo andaluza posible e imposible, para tenerlo bien sujeto.
Los andaluces no había apoyado a Madina. Lo habían hecho a un tal Pedro, al que dos años después han destrozado con la ayuda de Madina. ¿Podemos esperar que los ciudadanos crean en los políticos? No, no voy a hablar de Hernando, no quiero. No se lo merece.
Para gobernar España se necesitan otra clase de mimbres. Y de momento en la izquierda no los hay. Y eso, aunque creamos que no, es peligroso para la democracia. Y lo saben también en el Partido Popular, pues tontos no son.