El sábado tendremos de nuevo a Mariano Rajoy de Presidente, no ya en funciones sino efectivo a todos los niveles, tras cinco años de estar gobernando España. El 21 de diciembre hará cinco años que entró por Zapatero y en ese tiempo su labor está a la vista, claramente aprobada por más españoles que ninguna otra opción política. Y en las últimas semanas, también aprobada por la inmensa mayoría del Congreso, tras el cambio del PSOE que ha pasado desde “lo poco” a “la nada”.
Pero el asunto a tratar aquí y ahora no son los años que lleva Rajoy de Presidente, sino hablar de los años que le quedan como Presidente.
Si tras lo realizado en y por España, tras los actuales juicios por corrupción, es capaz de sumar tantos votos de ciudadanos y de congresistas, tenemos Rajoy para muchos años.
Incluso cabría preguntarse si en la modificación del estatus político desde el 2011 en España, no habremos pasado del bipartidismo imperfecto a un monopartidismo, un solo partido político capaz de gobernar.
Sin duda, mientras el PSOE (o sus restos) y Podemos (y sus confluencias) no sean capaces de hablar y sonreír, y trabajar juntos sin sentirse odio entre ellos, tenemos gobiernos conservadores para décadas.
Es decir, hasta que al final, o bien desaparezca el PSOE o Podemos, o se conviertan en otra cosa, o se dignen a cambiar de posición personal y de odios internos que van a crecer en el corto plazo, nunca más la izquierda podrá gobernar en España.
Nunca la izquierda —ninguna de las dos formas de entender la izquierda— podrá lograr los votos suficientes, y pero todavía, los diputados suficientes, como para poder gobernar.
Y como todos ellos saben sacar cuentas, entienden bien nuestro sistema electoral…, lo saben y lo asumen. Nos han llevado entre todos ellos, entre los representantes de la izquierda estatal, a estar gobernados por el PP durante otra década más…, el menos.