Fidel Castro, Osvaldo Dorticos, Ernesto Che Guevara, Augusto Martinez. 1959 |
Ayer moría Fidel Castro y todos los medios de comunicación se han dividido en dos grupos perfectamente disociados y de tamaño muy distinto. los que hablan de la figura de Fidel como un líder del siglo XX y de los que hablan de Fidel como un gran dictador. Posiblemente las dos cosas, pero para analizar con la calma de la historia.
Nos ofuscamos en juzgar la historia desde la mirada parcial de los tiempos presentes, cuando esto enseguida se nos muestra falso y tramposo. Decir que Cuba es un país pobre por culpa del castrismo es mentira. Es pobre, sin duda, pero la culpa es de los EEUU y su embargo. La culpa de la historia de Cuba es una responsabilidad compartida entre los EEUU que primero se la robaron a España y luego se la quisieron robar a los cubanos.
Fidel fue un mal menor en un tiempo determinado, cuando no una salvación en aquellos finales años 50. Estábamos en plena guerra fría y los EEUU no permitieron —posiblemente con acierto—, que en sus tripas estuviera un país comunista anidando. Con acierto para los americanos y el mundo capitalista nuevo, pero con dictadura para los cubanos. A partir de ese momento todo era ya inamovible.
Para muchos españoles jóvenes, que en los finales años 60 y principios de los 70, creíamos que otra forma de vivir, fuera de la dictadura, era posible, representaron una bocanada de posibilidad. Para nosotros al menos, fueron la ilusión del David contra el Goliat. Así que por aquellos tiempos de ilusión fallida, yo le debo un respeto.
Las historias las escriben de momento los ganadores. Pero eso no quiere decir que en este siglo y en el anterior al menos, se nos olviden las verdades que no se escriben. Toda América, de punta a punta, se quiso convertir en americana de verdad. Y posiblemente Cuba fue la que marcó el punto del NO. Es muy posible que representara el freno mental, para que todo el continente fueran Estados Unidos a los Estados Unidos. Unos estados serían pobres y otros Estados Unidos serían ricos.
Ayer moría Fidel Castro, que supo plantar cara al chulo de la clase. Y sin duda tuvo que ser más chulo que el chulo, para meter miedo al chulo. Y acusarle de chulo es lógico, es además cierto, pero sin su chulería nadie podemos hoy decir cómo sería hoy América.
—¡Ah! pero…, ¿es de otra forma que no una sucursal de los EEUU?