Uno de los proyectos más importantes que dentro del control urbanístico que en la medida de lo posible se puede realizar en edificios privados, se está dando en Madrid, en la zona de Canaleta junto a la estación de Metro Sevilla, con el conjunto de edificios que vemos enfrente, en la imagen.
Hoy se aprueba en el Ayuntamiento de Madrid la remodelación de las calles que envuelven toda la gran reforma de la manzana, para construirla en hotel de alta calidad y en un gran Centro Comercial en el centro de Madrid. Deseo simplemente mostrar la idea y el cambio que supone en el urbanismo, esta remodelación.
Se completa la peatonalización de la calle Echegaray, se reubican algunas paradas de autobuses, en la calle Sevilla el peatón gana espacio con la reducción de tres a dos carriles de circulación: uno para vehículos y otro reservado a autobuses. Se suprime un carril de circulación en la Carrera de San Jerónimo y en otras calles del entorno. Y se rechaza la idea de establecer un intercambiador bajo rasante, en la primera planta del aparcamiento subterráneo.
Más peatón, menos coches. Más facilidad a los transportes públicos, más dificultad a los coches privados. Y en una zona en la que en teoría podrían acudir muchos vehículos al Centro Comercial. Pero la decisión de controlar y evitar los vehículos privados en el centro de las ciudades es lógica, inevitable y por fin decidida.
Aunque la idea nace con la negación del intercambiador subterráneo, que hubiera dotado a la zona de más espacio verde y más zonas para el peatón. El miedo de los técnicos a que si se metían los autobuses urbanos por debajo de la calle, como si fueran Metro, podría suponer un uso menor, ha desechado la idea última y más atrevida, de dotar a la zona de más espacio peatonal y menos uso de vehículos. Aun así se realiza esa zona subterránea, de momento como garaje, pero que en un futuro se podría convertir en un paso subterráneo para vehículos públicos.