Podría ser un hombre atrapado en la alambrada, una mujer enganchada al alambre en su intento por huir. Pero hemos tenido suerte, es simplemente una hoja del otoño tardía. Es parte de la alambrada del campo de concentración de Sachsenhausen muy cerca de Berlín. Europa los está limpiando mentalmente, creyendo que es la solución.
Hoy no toca humor, hoy toca humores, bilis y malas hostias. El mundo no se ha leído sus libros de historia. O si se los ha leído, es para copiar. Los seres humanos somos humanos y nos debemos respeto. Con independencia de nuestro tamaño, color o costumbres. El respeto es algo muy sencillo y básico, es simplemente reconocerles, entregarles las leyes básicas para vivir en su libertad.
Algunos creen que “ellos” sobran, los que son diferentes sobran. ¿Diferente a qué y a quién? Lo que sobran son violencias, faltas de sonrisas y diálogo, y para evitarlo simplemente hay que recordar. Cuidado con las soluciones mágicas, pues a veces contaminan mucho.