Motivar cuando es más complicado

Motivar a tu equipo no es sencillo, si te dicen lo contrario no les creas. Hay que motivar en los buenos tiempos, pero también —y sobre todo— en los malos momentos, en las dificultades de la empresa, que es precisamente cuando más se necesita mantener la unión y el concepto de motivación. Y es precisamente entonces cuando no podemos emplear muchos de los mecanismos que sabes que funcionan. Cuando la empresa se está hundiendo es cuando más se necesita motivar en positivo. Sin engañar nunca, pues entonces todo se hunde.

Cuando hay dificultades de relación, económicas, de futuro, se han tomado algunas decisiones en el grupo, que dificulta enormemente la motivación. Han existido despidos previos, malas relaciones, malas decisiones que ya han afectado al grupo. Resulta muy complicado que tus palabras y acciones sirvan y se las crean.

Las personas tenemos cinco necesidades básicas: 

Fisiológicas.
Seguridad.
Sociales.
Reconocimiento.
Realización.

En cada momento de la vida de la empresa, de la realidad de la situación, hay que potenciar una más que otra. A veces solo es posible trabajar sobre alguna de ellas y con herramientas simples. Pero precisamente entonces, es cuando necesitas más resultados eficaces.

Las personas trabajamos por el éxito. El éxito son muchas cosas y diferentes. Puede ser éxito personal, de grupo, de objetivos, de seguridad, de reconocimiento. Pero si al final no se ve el éxito como una meta a la que debemos llegar, se abandona la pelea. Por eso es fundamental marcar la meta, los objetivos, el éxito sea el que sea, para que todos sintamos deseos de alcanzarlo.

En esta búsqueda del éxito hay que marcar claramente la importancia del grupo, del equipo. Y sobre todo creérselo para hacerlo creíble. Y sin duda, ser verdad. Y cuando no se puede influir con ventajas económicas, al menos hay que trabajar las ventajas de reconocimiento, de la seguridad, de un trabajo realizado que ha servido para algo importante. Hay que ganar, aunque sea muy complicado hacerlo, y saber que tras el intento también está el éxito. A veces un empate o una pequeña pérdida puede ser un camino que nos lleve hacia el éxito futuro.

Es eso…, o derrotarse antes de plantar cara a las dificultades. Y para eso hay que ser muy creible y muy claro.