Ayer Albert Rivera tildó de caradura en el Congreso a Mariano Rajoy. En política darse cuenta tarde de las realidades que se ven con claridad, es un grave error. Que el PP no pensaba cambiar una coma de su forma de "ser" en política aunque pareciera verse obligado por su minoría, era un clara y triste realidad. Tanto Ciudadanos como el PSOE confundieron lo que necesitaba España con lo que ellos eran capaces de intentar lograr, apoyando a un PP que se sabía a qué iba a jugar, más con tantas justicias sobre sus cabezas.
Ahora toca jodernos, aguantar y volver admitir que con el PP no hay medias tintas. O los quieres con toda tu alma o los odias. Pero ser amigos es imposibles.