Los placeres en la vida son insondables, oscuros a veces, imposibles de —incluso— ser descifrados por los que contemplan.
Se puede sentir placer con cualquier cosa o con la contraria.
Incluso placer con lo que a otros les produce asco o dolor.
Son cosas que los humanos sabemos, aunque no nos acostumbremos a ello.
Por eso conocer nuestro propios placeres es importante, tampoco hay que publicitarlos sino disfrutarlos, y no temer que siendo minoritarios, sean prohibidos o mal vistos.
Dentro de los secretos íntimos, cada persona tiene sus propios placeres.
¿Qué vino te gusta a ti?