La ira no sirve ni para hacerte feliz ni para resolver problemas ni para ayudarte en buscar soluciones alternativas. Calma, tranquilidad, sosiego… y muchas ganas de reflexionar y de buscar alternativas. Pero sin ira.
Lucha contra la ira, que tapa tus posibilidades y no sirve de nada
La ira oculta la realidad de tu dolor, el tamaño real que tiene, incluso sus motivaciones. Empieza por perdonarte, acepta los problemas, las realidades, y ponte a trabajar en serio, por cambiar los momentos que no te gustas, esos que te producen la ira que te domina y te destroza.