Cuidado con los fantasmas de los nuevos políticos, con esos ecos de que lo viejo está muerto y a su lugar a nacido una nueva política con nuevas personas que abren luces y tapan sombras. Veamos algunos datos de las legislativas en Francia, para saber por dónde nos estamos moviendo.
El partido de Macrón, una espacio de Ciudadanos en España, ha ganado con rotundidad las Legislativas, obteniendo una mayoría absoluta de 350 diputados de un total de 577 a elegir. ha logrado pues un 60,7% de los Diputados de su Asambleya.
Veamos algunos números. De los 67 millones de franceses, pueden votar 47,5 millones. Y de estos al final votaron en la segunda vuelta 20.167.432 personas. Pero con una abultada tasa de votos nulos y en blanco, que dejaron un total de 18.176.777 votos como válidos. Un total del 27% de la población es la que realmente voto de forma válida.
Pero ese voto se repartió de forma muy variada, con un total de 8.927.222 votos al nuevo partido de Macron, casi 5 millones de votos a la derecha y sobre 2,5 millones a la izquierda. El resto a pequeños partidos.
Es decir, que en realidad, para tener mayoría absoluta de sobra, al nuevo partido le sobró con que le votaran un 13,3% de los franceses, o un 18,8% del censo electoral. Esta es la realidad, estos son los números, y esta es el cuidado que a veces no tenemos con la democracia.
Que el partido socialista francés haya obtenido 1.032.985 de votos en la segunda vuelta es de preocupar. pero si nos fijamos en la Primera Vuelta, cuando sí se presentaban todos en todos los lugares, que este mismo PSF obtuviera 1.685.773, o que el nuevo partido de izquierdas Francia Insumisa tuviera 2.497.661 es muy preocupante para la izquierda vecina.
Los únicos que han ganado por goleada son los votos nulos y en blanco con 2 millones de votos, o los casi 27,5 millones de franceses con derecho al voto, que se quedaron en casa sin ir a votar en las segunda vuelta. Si no cuidamos la democracia y sus herramientas, alguien lo celebrará con fuerza.