Ayer me equivoqué cuando escribí aquí mismo que la Moción de Censura de Podemos a Mariano, no servía para nada y que debería retirarla. Ha servido y mucho, ha logrado algunos objetivos importantes, y sin dejar de lado las razones del texto anterior, si ha fotografiado un escenario claro y de futuro.
Dos claros ganadores han dibujado un panorama diferente a poco que no lo estropeen otra vez. Por favor, no seamos cabezones y centrémonos en las personas que esperan. Por un lado el equipo de Irene y Pablo. Por otro lado José Luis Ábalos como portavoz del PSOE. Vayamos por partes.
Alfonso Guerra ya tiene sustituto virtual y se llama Irene. Ácida, muy preparada, bien diseñado su discurso, supo abrir el debate con la contundencia necesaria para que Mariano se creyera que él podría sentar calma. No entiende el señor Mariano de qué va el futuro .
Pablo Iglesias supo tranquilizarse y construir un discurso todavía incapaz para gobernar, con claros síntomas de mejora, constructivo, con ideas claras, con ejemplos posibles, que sabe y admite sus importantes errores del pasado reciente y que los debe purgar lentamente.
Ábalos como portavoz del PSOE ha sido desde mi punto de vista el gran triunfador de la noche, con una presencia y discurso muy eficaz, logrando los objetivos de no ser él el perdedor y además de lograr el necesario apoyo para el futuro de la izquierda, que ha aprendido que debe trabajar unida. Estamos ante un descubrimiento que debe cuidar el PSOE pues a su contundencia se une su capacidad para tener cintura, para saber repartir papeles, para entender el futuro.
De Albert Rivera poco se puede decir, excepto que su discurso y presencia está a años luz del que aflora el PP en sus cerrados caminos oscuros. Merece recuperar el voto de la derecha desencantada, a poco que sepa formar equipos a su alrededor.
Del PP se puede decir de todo y nada bueno. Bueno sí, un detalle sí ha sido positivo. No han querido quemar a Sáez de Santamaría. Hernando es impresentable. La ausencia de Mariano en el segundo día es inexplicable. Sus lapsus verbales ya tienen muy poca gracia y resultan preocupantes. Y lo escuchado en el Congreso les ha tenido que producir heridas internas que no saben curar pues no pueden.
¿Y ahora qué? Pues si Rivera entiende que estar a la sombra del PP lo va a desdibujar y contaminar, el futuro en septiembre se abre diferente. Si no es así, complicado asunto, por el error de Pablo Iglesias de permitir que estén gobernando los Rafael Hernando y compañía.