Que un ayuntamiento de izquierdas la de una Medalla de Oro de la ciudad a una imagen de la Virgen, me produce curiosidad. Que sea Cádiz, gobernada por Podemos me produce pena.
Si la izquierda que había venido, supuestamente, a cambiar la política, no entiende eso de la separación de poderes, del laicismo, incluso de la necesario explicación y formación a sus gentes de que darle una medalla a una escultura inerte es algo absurdo, muy mal vamos.
Se podrán decir todas las tonterías que se quiera, para disimular. Entre ella que la religión en Andalucía es algo muy diferente al Norte de España. Y que en el Sur hay que convivir con el fervor popular y el poder eclesiástico. Todo ganicas de mentir.
Nunca es posible explicar desde el laicismo una justificación de medalla pública alguna a una Virgen, excepto que seas católico practicante y además no te creas el laicismo. Cada uno somos libre para pensar como deseemos sobre la religión, pero no se debe mezclar con lo público, NUNCA.
Y cuidado con jugar a estas separaciones sociales tan drásticas entre el Sur y el Norte, a la hora de explicar las decisiones, que son peligrosas. Más, si vienen desde la izquierda que decía ser “otra cosa”.