Estamos en plena sopa de ideas sobre el CETA y por ello sobre el ya parece que casi fallecido TTIP. Y lo curioso de todo esto es que los ciudadanos europeos y más si caba los españoles, no tienen la información suficiente de qué es el CETA y el TTIP. Camino maravilloso para convencerles sin decirles nada, de que esto son tratados que en nada tiene que ver con la sociedad de la calle, que no afectan a nuestro modo de vivir, y que son papeles.
Hay que aplaudir a los que han logrado restar a la sociedad un conocimiento mínimo de estos tratados, a los que han jugado a manipular con sonrisas y apretones de mano y a los que nos han logrado convencer que estos tratados son maravillosos y se producen todos los días en todo momento. Que no es necesario explicar pues son muy farragosos.
El CETA es algo mejor que el TTIP, el uno es desde la Unión Europea con Canadá y el otro era desde la Unión Europea hacia los EEUU. Ambos son efectivamente muy complejos, secretos, celosamente guardados en cajones y dando a publicitar lo poco que se sabe de ellos, en inglés y resumido. Por algún motivo será así. Sustraídos de su transparencia por cierto, incluso a la información de los congresistas del Parlamento Europeo.
NO son ni malos ni buenos. En principio serán lo que poco a poco vayan siendo, según se desarrollan. pero abren unas puertas inmensas a que sean muy malos y a que los países miembros no puedan defenderse de forma independiente. Y podremos decir que esto no es grave, excepto si entendemos que las realidades económicas, industriales y de comercio, son tremendamente diferentes entre los países del Atlántico y Europa, incluso entre los países del Este o del Sur de Europa con respecto a los del Norte.
Se legisla en estos tratados sobre comercio en toda su amplitud de miras. Pensemos en España. Jamón, vino, aceite, cereal, pesca, maiz, etc. Ya no serán las normas de control de calidad de España las que marquen estos productos, sino las del tratado. A la hora de vender, de competir, de producirse de una forma determinada, de ser exportadas a terceros países. Y en caso de conflicto con estos tratados, el sistema de arbitraje es tremendamente peligroso y negativo para europa y para España.
Pero como no se quiere dar información, no voy a darla yo. Que cada uno la busque, que se haga una composición de lugar, y así entenderá bien por qué el PSOE de Pedro Sánchez quería votar que NO, el anterior PSOE quería votar que SI, y al final han optado por una abstención, que como todas las abstenciones, no valen para casi nada.