Parece confirmarse por los hechos, que contra Cataluña lo que mejor se le ha ocurrido a Mariano es ir como contra Al Capone, rebuscando en facturas y declaraciones de ingresos y gastos, contra los pagos en IVA o sin IVA de los gastos preparatorios, contra el uso del dinero de todos aunque sea para todos. Es un camino emprendido que sin duda escuece a cualquier ser humano. Que te quieran endiñar los gastos brutales de una consulta popular en un país, sólo a personas físicas, es un grave problema personal y familiar. Seas catalán o de Melilla.
Pero no resuelve el problema, si acaso lo retrasa.
Nadie está convencido a fecha actual que en el 1-O se va a desconectar Cataluña de España. Pero todos saben que hay un camino cruel en medio, que lleva a más problemas. Es previsible que una vez compradas las urnas e impresos los papeles de votación, todo esto se embargue como objetos preparados para delinquir y además se exijan las facturas y se reclamen judicialmente si se han dispuesto pagar con dinero público.
Pero el problema seguirá existiendo y además enquistado y un poco más encolerizado, lo que asegura peores soluciones. O más costosas para todos. Y eso sin duda va a servir para unir más a los catalanes indecisos, que eso sí, son la mayoría.
Europa tiene mucho que opinar, en público o en secreto. Y lo hará pues no es aceptable una Cataluña en conflicto permanente.
El PP no va a gobernar siempre en Madrid.
ERC se puede asentar en el poder catalán y trabajar de otra forma el Proceso, pensando más en el medio plazo.
Los poderes económicos, religiosos o intelectuales de Cataluña van a entrar en juego, posicionándose de una forma o de otra, siempre en silencio, pero con apoyos diferentes. Sin estos poderes claros, es imposible lograr avanzar.
La sociedad catalana va a observar cambios cuando menos curiosos en los próximos años, que buscarán asentar las diversas posiciones políticas. Unos positivos pero otros negativos.
Hay varias formas de independizarse de España, incluso sin independizarse.