Vengo de observar esta tarde cómo medio centenar de ciudadanos con banderas españolas y de la Falange provocaban en la Puerta del Sol el ambiente ya caliente, mientras algunos paseantes les increpaban advirtiendo que eran culpables de un millón de muertos. Había más policías que manifestantes y casi salía a una furgoneta por bandera. Provocar con cerillas es peligroso cuando hay mucho calor.
España no está en su mejor momento, así llevamos varios años y no somos capaces de valorar los peligros con serenidad. Acabo de escuchar a Rajoy en su declaración institucional y vuelvo a preguntarme por qué no antes. Hay que hacer pedagogía social, explicación con calma de los momentos y las situaciones.
Tras la sentencia del Constitucional sobre la reforma del Estatuto de Cataluña se sabía que el resultado a medio plazo iba a ser muy negativo. Recurrir ahora a la justicia como herramienta de solución es un camino que si no logra asustar, es negativo por su incapacidad real para resolver los problemas políticos.
Si la justicia fuera capaz por sí misma de resolver los problemas sociales, no habría violencias entre naciones, guerras civiles, conflictos entre sociedades. Por desgracia la justicia es incapaz de resolver o dialogar, sólo sabe aplicar las leyes que los políticos les hayan escrito. Sean las que sean, siempre variadas según momento o sociedad.
La política es la única herramienta para resolver problemas políticos. Lo demás es no saber o no querer avanzar en las soluciones. El diálogo, con los condicionantes que se decidan, es la única forma de avanzar y de forma lenta. Cuidado con apurar los tiempos.