Hoy el Gobierno de Cataluña ha dado el paso lógico y esperado, de avanzar hacia una desconexión del resto de España. No lo escribo sin saber que de momento es España y que lo que explican con sus decisiones es que están hartos de estar junto a los españoles.
Lo curioso es que tras unos años brutales en cuanto a recesión laboral y económica, en España los únicos que han dado un zapatazo encima de la mesa hayan sido fuerzas conservadoras y burguesas de Cataluña, cuando lo lógico sería haber esperado que este cabreo sumo, se hubiera producido desde los ámbitos más destrozados y empobrecidos con esta última década nefasta en la política conservadora ejercida por casi todos los partidos.
Hoy hay muchos millones de españoles que no están contentos con la actual España. Y la mayoría no son catalanes. Hay muchos millones de españoles que han visto perder derechos básicos y posibilidades de futuro. Pero los que quieren romper la baraja son una parte asentada de los catalanes, amparados en su facilidad para pedir la independencia.
No sé en qué terminará esto. Nadie lo sabe pues el camino que se ha dejado construir es muy oscuro. Pero tampoco sabe nadie quien vendrá tras los catalanes, suceda lo que suceda con Cataluña. El problema no es la independencia absurda que tenemos encima de la mesa. El problema es el empobrecimiento social, laboral y económico de millones de españoles.