En la vida, sea en Cataluña o en tu empresa, en tu familia o en tu actitud social que te rodee, mirar hacia otro lado no es la solución. Podemos hacer como estos patos, ocho elementos de los cuales el 50% se esconden sobre ellos mismos, y los otros cuatro miran cada uno en una dirección diferente.
Rodeados de barro, incluso dentro del charco, embarradas sus patas, pero ajenos a ser equipo.
Las personas no somos patos, creemos, y si queremos encontrar soluciones debemos empezar a trabajar más unidos en objetivos comunes. Todo lo que no sea eso nos convierte en individuos metidos en el barro, sin ningún objetivo en común.
Pero eso si, si en el momento de la fotografía yo hubiera dado un aplauso fuerte, un golpe ruidos, todos hubieran huído en la misma dirección. Curioso que para huir sí se pongan de acuerdo.