Aquellos que creen que con la aplicación (presunta) del Artículo 155 de nuestra Constitución se resuelve el problema de Cataluña, es que simplemente creen que el problema es muy poca cosa. La incapacidad de muchos está logrando que estemos preocupados todos.
Cataluña es mucho más importante que la aplicación o no de un simple artículo de una Ley. El problema simple y complejamente se resuelve únicamente dialogando entre profesionales de la política, la sociología y el sentido común e histórico.
Creo que a nadie se le estará ocurriendo aplicar un 155 para retrasar la solución de un problema, que irá creciendo. Pero mi sensación es esa. Simplemente esa. Quien crea que es posible doblegar las inquietudes sociales de dos millones de personas, aplicando una Ley restrictiva, es que no ha leído ningún libro de sociología política.
Cuidado con equivocarse otra vez, que nos mira el Mundo
Es posible meter miedo.
Incluso es posible meter a la cárcel a unos pocos.
Incluso es capaz alguno de disfrutar cuando las empresas cobardes anuncian su huída.
Acciones todas ellas negativas. No tanto por su capacidad de modificar conductas en el corto plazo, como por ser inútiles para el medio y largo plazo. Y las historias de los pueblos NUNCA se han escrito en un fin de semana. Si acaso en el peor de los casos de la historia ya sufrida, se han dado los primeros líneas de los tortuosos primeros párrafos.