Mi viejo olfato político me dicta que ahora se está negociando algo entre Cataluña y el Estado. No se qué, ni con quién ni por quién, aunque me lo imagino. Pero algunos silencios, algunas frases y sobre todo algunas presencias y tonos, me dicen que algo se está cociendo por debajo.
Quedan cinco días de despachos escondidos pero con mucha luz. Observar los silencios, vosotros que os fijáis en todo, entre las piezas claves que salen o no salen y deberían salir, y sabréis quien quiere callar, y quien quiere hablar de farol. No hay tantas. Unas tres o cuatro por cada partido político. Incluso en alguno de ellos solo dos.
No siempre sale a la luz lo que se habla en política, incluso es bueno que no salgan todas las gestiones, pues sus posibilidades a veces son escasas y otras dejan en ridículo a alguno de los negociadores.
Y hay que cuidar las pocas posibilidades de adentrarnos en los que nadie sabe cómo podría acabar. Siempre es mejor un mal arreglo que una buena sentencia.
Y cuidado con las leyes que resuelven los dolores sin resolver la enfermedad.