Siempre es igual el teatro de la violencia

A Puigdemont se lo han puesto a huevo para irse a su casa con algo de sentido de Estado. Bastaría con decirle a la CUP y a ERC que la respuesta a la primera pregunta de Rajoy es NO. De esa forma duraría como President lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio. Lo malo puede ser que quiera pasar a la historia con letras grandes, aunque sean torcidas.


La gran duda española es saber si declaró la independencia de Cataluña en el Pleno del Parlament o si en cambio no la declaró. No se puede suspender aquello que antes no se tiene. Y por otra parte no es necesario que una orden salga en el Boletín Oficial de Cataluña, para que socialmente sea válida. Jurídicamente puede que no, y por eso hay estas grandes dudas. ¿Qué importa más una base jurídica o una base social?


Las bases jurídicas, es decir, las decisiones ya firmadas y publicadas, no tienen marcha atrás ni marcha adelante. Son fijas y quedan. Las bases sociales se pueden activar, acelerar, parar, suspender, olvidar, luchar, dialogar, modificar o explicar con manipulación o sin ella. ¿Qué es mejor en estos momentos?


Dentro de unos años, incluso de unos meses, estos días nos parecerán historia, historias incluso. Pero la realidad es que nos estamos jugando el camino. De Aragón, de España y de Cataluña, casi en este orden. De aquí se saldrá, aunque nadie sabe todavía ni el cómo ni a qué precio. Es importante saber quién pagará el estropicio, como lo es saber que antes de que lo tengan que sufrir sociedades enteras, es mejor que lo sufran personas concretas. Nada volverá a ser igual en el 2018. O tal vez si.

Si vemos la imagen de arriba, sobre la independencia de México, podemos observar una constante en todos estos procesos. Religión y vírgenes. Militares o guardias desfilando mezclada con gente del campo y las ciudades. Armas y cadenas. Sentimientos de Nación. Papeles con nuevas leyes. Y muchas caras serias y cabreadas. Y oscuridad. Siempre es igual el teatro de la violencia.