1979. El año en el que el PSOE dejó de ser marxista

El Congreso Extraordinario del PSOE en el año 1979 vino motivado por la renuncia de Felipe González al cargo de Secretario General del partido, y con el lema “Forjando el Socialismo” se celebró en Madrid para quedar como el Congreso donde el PSOE abandonó el marxismo como tesis oficial del partido, aunque manteniéndolo como instrumento teórico de análisis.

En mayo del mimo años el PSOE celebró su Congreso ordinario y en él Felipe González presionó para que se abandonaras las tesis marxistas y al no lograrlo dimitió de su cargo de Secretario General, provocando este congreso extraordinario, donde al final se impusieron su tesis. Y como se salió con la suya, aceptó volver a ser Secretario General. 


Es decir: Felipe advirtió que se debe hacer lo que él propugnaba, y amagó con irse y dejarlos solos. Lo curioso es que en el Congreso de mayo no logró convencer con sus tesis a los compañeros delegados de partido. Pero no había alternativa a Felipe González e incluso recibió enormes halagos y aplausos en sus intervenciones. No sabían vivir en aquel PSOE sin Felipe, pero no querían quitar el marxismo del partido. Asumiendo sin decirlo que Felipe era “el padre” protector del proyecto socialista.

Entre los que propugnaban con listas alternativas ya en noviembre de que el PSOE siguiera siendo marxista se encontraban Tierno Galván, Pablo Castellano, Fernando Morán, Francisco Bustelo o Luis Gómez Llorente. 

Nace el “felipismo” y se reparten los papeles entre él y Alfonso Guerra. Uno gobernará todo excepto el PSOE y a Alfonso le dejan gestionar con mano dura el partido para que nada se tambalee. DEntro del partido Guerra ejerce de número 1, dejando que se Felipe quien se concentre en sus tareas de aupar al Gobierno a un PSOE herido tras los resultados obtenidos en marzo de ese mismo 1979.

Y si nos preguntamos el motivo por el que lo que no se aprobó en mayo sí se aprobó en septiembre, cabe recordar un detalle sin importancia. Uff. En mayo los Delegados al Congreso eran en representación y elegidos desde las agrupaciones locales. Allí se cambiaron las normas, y en septiembre los Delegados representaban a las federaciones provinciales. El cambio es tremendo, pues en el primer sistema no hay casi socialistas agradecidos con la dirección del partido, mientras que en el segundo sistema hay muchos cargos provinciales del partido.