En los primeros años del sindicalismo consentido pero no legalizado, hablo de mitad de los años 70, las comisiones obreras primeras, que luego formaron ya legalmente CCOO tenían que recurrir a métodos muy simples de impresión de pegatinas o de folletos y hojas informativas.
Estos son simples posit de la época, en blanco, que se imprimían en casa con aquellas imprentitas de juguete y tinta de tampón. Con estas pegatinas se inundaba la ciudad de información sobre luchas obreras con lemas simples y cortos, pues el tamaño de estas hojitas que se pegaban en paredes, farolas o árboles eran de 7 x 5 centímetros.