Una de las constantes de aquellos años últimos de la dictadura en España era intentar que la juventud estuviera controlada, que no recibiera estímulos de fuera. Que incluso que la democracia era en muchos casos una forma de vida con graves deficiencias, que España no estaba preparada para ello, que era casi "pecado".
Querían una democracia controlada, modificada, mesurada, y para ello sabían que las nuevas generaciones debíamos ser controlados, responsables con arreglo a las ideas del poder, mesurados, educados en una libertad a medias. Querían abrir la mano, pero tener todo atado y bien atado como dejó dicho el Dictador en su testamento.
Esta viñeta de Máximo de finales de los años 60, antes de 1970, muestra claramente la voz del Poder, libertad sí, preparación para ser mejores y más europeos también. Pero controlados.