El artista Juan Ricardo Miguel Zulueta Vergarajauregui, conocido como Iván Zulueta es de esos ejemplos de personas implicadas en el arte desde diferentes puntos de vista y actividades, que por desgracia no logró auparse con un espacio propio y reconocido, que le permitiera crear sobre todo más largometrajes.
Ayer tuve la suerte de ver su primer largometraje “Un, dos, tres… el escondite inglés” que tuvo que ser firmado por José Luis Borao como director ya que Iván Zulueta no tenía el Carnet del sindicato (que durante los años del franquismo era imprescindible para poder firmar una película de forma oficial. Realizada en el año 1969 marca un camino surrealista y musical que sin duda para aquellos años era totalmente innovador y novedoso. Los decorados, muchas de sus escenas, son simplemente geniales para aquellos años. E incluso para estos.
Observar en el año 1969 una obra de arte conceptual, casi abstracta, bellamente fotografiada y decorada, con “besos” entre protagonistas, es un ejemplo de que la osadía tenía cabida. Aunque hay que advertir que en España no se pudo estrenar en su año, sino tras varios forcejeos un año después, tras pasar por el Festival de Cannes.
Al no tener el carnet del sindicato vertical como director, aunque había estudiado en la Escuela Oficial de Cinematografía, se dedicó a la creación de carteles para cine y a la realización y dirección de cortometrajes.
Su carrera como director se compuso solo de dos películas, la que hemos comentado y la mucho más conocida “Arrebato” que hizo en el año 1979 y que supuso en gran fiasco económico aunque obtuvo varios premios y un reconocimientos muy posterior, cuando 20 años después fue reeditado en DVD y se redescubrió el talento que era excesivamente novedoso para los años en los que se planteaba a una sociedad que salía de la Dictadura, experimentos visuales no siempre entendidos.