Cuando de un EQUIPO se te caen buenos valores, se escapan personas importantes, deben reflexionar muy seriamente todos, pues algo grave está fallando.
Cuando a un EQUIPO no eras capaz de sumar más personas válidas por diversos motivos, cuando no se crea expectación suficiente como para que se acerquen nuevos valores individuales o grupales, algo no está funcionando bien.
Cuando en un EQUIPO no eres capaz de darles puestos de trabajo y participación a todos los integrantes, a cada uno según su valía, voluntarios gratuitos que creen ser importantes y capaces, es que algo se está haciendo mal.
Cuando de un EQUIPO no eres capaz de auditar constantemente sus fortalezas y sus dudas y amenazas, es que quien lo dirige está mirando a Babia. Cuando un equipo no tiene objetivos constantemente actualizados, es que está perdiendo el tiempo.
Cuando a un gran EQUIPO no le sigue un número importante de tejido social, al menos de forma muy activa un 1 por 1.000 de los integrantes de su equipo de pertenencia social, es que le falta músculo y se lo tiene que hacer mirar.
Cuando un EQUIPO no es capaz de reflexionar sobre su propio trabajo, para ir adaptándolo a las necesidades de cada situación y momento, es que es un equipo sin cintura para saber ganar, o al menos empatar ante los bretes de cada momento.
Cuando un EQUIPO no es un equipo sino tres o seis equipos parecidos pero perfectamente compartimentados, es que no se entiende el valor de trabajar en equipo. Cuando no entiende en qué momento hay que buscar sinergias con otros equipos sin perder la personalidad, es que está muy débil.
Cuando en un EQUIPO no saben cada uno de sus integrantes cuál es su labor, ordenada y de la que tienen que dar cuenta, se está perdiendo el sentido de trabajo en equipo y sus posibilidades de sumar y estar bien organizados.
Cuando en un EQUIPO no hay comunicación interna suficiente y estratificada, clara y concisa, respetada y tenida en cuenta como la energía que mueve el grupo, no es posible trabajar en equipo. La comunicación se expande y nunca debe permanecer en compartimentos estancos más que lo mínimo necesario.
Cuando un EQUIPO no sabe para quien trabaja, para quien debe obedecer, para qué está formado como equipo, cuál es su única y última META y su objetivo, no tiene ningún sentido llamarlo equipo.