En la política española es mucho más fácil hundirse que triunfar y para ejemplos claros, los últimos años o incluso las últimas semanas. Tras un Podemos que parecía conquistar el poder superando a todos hemos llegado a la descuartización de sus líderes y al troceamiento de sus opciones. Pero antes cayó al pozo la UPyD y ahora podría sucederle lo mismo a Rivera que ha pasado en pocas semanas de tener muchas posibilidades de ser Vicepresidente del Gobierno en España a tener que irse por la puerta de atrás.
España y en general la política occidental (o incluso mundial) tiene una constante y compleja manera de analizar las opciones políticas por los votantes y aquí es donde entra la natural decisión de muchos ciudadanos de votar a caballo ganador. Lo podemos llamar bipartidismo, pero también tontería social u opciones básicas de decisión. Lo cierto es que resulta muy complicado poder alzarse desde la nada pues todo el Sistema está montado para que solo sean dos partidos políticos los que al final se peleen por el poder.
Ahora tenemos seis partidos sobre la mesa con opciones de ganar o perder, entendiendo estas opciones como las de crecer o disminuir. Pues en realidad volvemos al bipartidismo de opciones para gobernar. A lo sumo los otros cuatro pueden aspirar a ser acompañantes del Gobierno. Y eso prima en exceso a unos en detrimento de otros, sumado a la prima de que en España no todos los votos valen lo mismo y que las muchas provincias pequeñas son un lastre para los partidos que no son los dos primeros. La duda es: ¿Ese sirve para regenerar la vida política en España? ¿y para resolver los problemas?