Sabemos que para lograr una vida sana y disfrutarla en edades avanzadas tiene mucho que ver el tipo de urbanismo que hemos tenido a nuestro alrededor en nuestra vida, que no es lo mismo vivir en el centro de una gran ciudad llena de coches que en una ciudad con muchas zonas verdes o en zonas rurales mucho más naturales. Ahora son ya estudios organizados en España desde la Caixa los que nos adviertan de la diferente calidad de vida según el entorno donde hemos vivido, sobre todo en los últimos años de nuestra vida cuando nuestro organismo es ya la suma de todos los aciertos o errores que hayamos cometido.
La ciudad puede proteger o herir a las personas y sobre todo a su interior físico o mental. Nos afecta mucho tanto la calidad del aire que respiramos como el estrés del tipo de vida, y también en la relación psicológica con el entorno y de la que nos enteramos mucho menos en su momento donde tiene que ver el sonido, el color, el tipo de paisaje que contemplamos, además de la calidad del aire que respiramos.
Se han analizado los datos de ocho millones de personas de siete personas incluida España, a los que se investigó estadísticamente durante siete años. Y en estos estudios se ha constatado que con solo un aumento de un 2% de masa verde cerca de la zona donde se vive ya afecta positivamente en la salud. Muy poco para empezar a ver resultados estadísticos al menos.
No se trata de crear parques enormes en ciudades donde posiblemente no hay espacio urbano libre, sino de crear espacios verdes en zonas pequeñas, plazas, huertos, rotondas, paredes verticales, etc.
Sin duda donde más eficaz es la decisión de trabajar ciudades más verdes es en crear zonas urbanas de mini espacios naturales que además sirvan para practicar paseos, deporte, actividad física suave, etc. Zonas de relajación simplemente paseando entre ellas. Parques con relieves, diseñados con arreglo a la propia naturaleza, imitándola.
Pero no solo para las personas mayores resultan beneficiosas las zonas verdes urbanas. Para personas con problemas de ansiedad o depresión, para embarazadas o para niños que se encuentran cerca de sus casas con excelentes lugares de “estar” y a partir de allí convivir y pasear o jugar.
Una zona verde es siempre una zona tranquila incluso aunque no lo notemos, pues la naturaleza y sus colores ayudan a sentirnos bien. Si además somos capaces de diseñar zonas de agua en movimiento, volvemos a un urbanismo tranquilo que ya los árabes sabían crear para obtener esa tranquilidad muy necesaria.