Por los Prematuros del mundo, que en breve será todo suyo

Si por algo no he sido madre, es por miedo. Claro que me hubiera gustado tener un bebé sangre de mi sangre y verle crecer y formar una familia. Pero desde siempre tuve miedo al momento del parto. Lo vi como algo complejo, doloroso y donde dos vidas están en juego. La de la madre y la del bebé, tan frágil, que quiere conquistar el mundo.

Yo fui una niña prematura, que quiso ver el mundo un mes antes de tiempo, que tuvo falta de oxígeno al nacer, pero que ha crecido sana y fuerte.

Esta es la semana de los bebés prematuros, esos que llegan antes de tiempo, y que pasan unos días en incubadoras, cogiendo peso, creciendo, peleando por vivir y gritar al mundo que están aquí.


Imagino que mis padres hubieran dado todo lo que tenían hace casi 38 años, por hacer el piel con piel que se hace ahora, y no por verme tras un cristal. pero eran otros tiempos. Mecachisla.