Cabrearse de palabra con quien no se cree que exista ni hay claros fundamentos de que efectivamente exista parece un ejercicio que no conduce a maldad. Y que los demás creamos no es algo que deba conducir a aumentar la pena de quien no cree.
Lo de las distintas advocaciones de la virgen sería lo mismo. Si no hay seguridad de que existe o ha existido Dios, complicado sería entender que sí ha existido la Madre del Hijo de Dios. Es todo cuestión de fé. Y del nombre que a esa fé le ponemos los humanos.
Lo de las distintas advocaciones de la virgen sería lo mismo. Si no hay seguridad de que existe o ha existido Dios, complicado sería entender que sí ha existido la Madre del Hijo de Dios. Es todo cuestión de fé. Y del nombre que a esa fé le ponemos los humanos.
Con independencia de lo gamberro que sea el artista Willy Toledo, y lo provocador que sean sus frases, que para eso es artista.
De existir Dios… no se entera o es bobo, por eso creo también que dios no existe. Tenemos tantas cabronadas todos los días en este mundo que permitirlas es jodido de admitir. Claro que es posible que tenga a su cuidado millones de millones de planetas y no se pueda enterar de todo.
De existir Dios… no se entera o es bobo, por eso creo también que dios no existe. Tenemos tantas cabronadas todos los días en este mundo que permitirlas es jodido de admitir. Claro que es posible que tenga a su cuidado millones de millones de planetas y no se pueda enterar de todo.
Podía buscarse ayudantes, que el Cielo está lleno de buenas personas que harían de voluntarios. Al final todo es cuestión de creer o no creer.
Así que si en el 2020 castigamos a una persona por no creer en algo e insultar además a lo que no cree, parece una escena de clase de preescolar. Con un manotazo suave en la mano o con dejarlo sin televisión durante media hora para que no arme mucho follón podría ser suficiente. O a lo sumo un grito fuerte: –¡¡caca, coño!!
Así que si en el 2020 castigamos a una persona por no creer en algo e insultar además a lo que no cree, parece una escena de clase de preescolar. Con un manotazo suave en la mano o con dejarlo sin televisión durante media hora para que no arme mucho follón podría ser suficiente. O a lo sumo un grito fuerte: –¡¡caca, coño!!