Así que a junio solo le queda ser julio y a este ser agosto cabrón. Es la supervivencia de los bichos.
Salgo a la calle tras unas semanas de frío y nieve y me encuentro como raro, y para disimular me pongo las gafas de sol y así me hago a la idea de que he viajado a Argentina o Chile donde todavía es verano. Pero no encuentro Mate ni psicólogos.
Los psicólogos en España están todos muy ocupados atendiendo a los políticos. Tampoco ellos saben bien quién son, si febrero o junio. Estamos todos tan raros que no nos entienden ni los niños de pecho.