A principios del siglo XX y durante gran parte del siglo XIX empezaron a llegar a las tiendas españolas de alimentación diversas presentaciones de alimentos de importación de calidad que aumentaron las posibilidades de poner sobre las mesas de alto nivel productos novedosas. Eran años de hambre, y donde las desigualdades sociales eran enormes, y estos productos no llegaban más que a pocas mesas de grandes ciudades.
Me ha encantado lo de "Jamones de Australia, sin gorduras especiales" que debemos entender como sin tocino, sin grasas que hicieran engordar. Los ricos de aquellos años querían nuevos sabores pero no querían ponerse como cerdos.