Así que debemos prepararnos para estas semanas con esa normalidad impuesta de forma voluntaria. Hay que gastar menos y de hecho vamos a gastar menos, debemos intentar mantener algunas normas básicas como antes, entre ellas las de mantener horarios habituales, llevar ropa en casa similar a la de estar en la calle y no caer en el error de ir en pijama siempre como si estuviéramos enfermos.
Mas y diferente higiene, algo de ejercicio en casa y actividades variadas y organizadas a lo largo del día. E incluso mantener un diario personal de cada día. Saber y apuntar qué vamos a realizar, qué opinión tenemos de cada momento, qué es lo que nos está sucediendo a nosotros, a nuestra familia, lo que nos dicen y lo que opinamos.
Hay que mantener contactos no presenciales con más personas que antes: hablar, escribir, preguntar, pasarnos datos cómodos y en positivo, no consentir el negativismo pues eso no nos ayuda a nadie.
Y olvidarnos de los números que nos ofrecen pues son falsos y además no sirven para nada. Hay que entender que lo importante es dominar la situación y en eso intervienen muchos datos ajenos a unos números sin explicación.