Se dijo que se había encontrado una cierta vinculación común de los contagios con un mercado de pescado y marisco de Wuhan (ciudad del interior de China), aunque no se facilitaron más detalles.
¿Eran los murciélagos de los que siempre se ha sospechado como animales que contienen muchos virus similares a los que ahora han creado la pandemia? ¿O acaso de los murciélagos pasó al pangolín o a otro animal y de este a los humanos en la cadena alimentaria?
El día 11 de enero de 2020 se produjo el primer fallecido declarado por China y asignado a este nuevo virus que de momento no tenía nombre ni del que se conocía mucho más que no fueran esas dudas sobre el lugar del inicio, un mercado de una gran ciudad donde se vendían animales vivos de muy diversas especies.
El día 11 de enero de 2020 se produjo el primer fallecido declarado por China y asignado a este nuevo virus que de momento no tenía nombre ni del que se conocía mucho más que no fueran esas dudas sobre el lugar del inicio, un mercado de una gran ciudad donde se vendían animales vivos de muy diversas especies.
Todos los temores quedaban encerrados en China entendiendo que podría ser una enfermedad como algunas otras de los últimos años, que afectaba a algunos miles de personas dentro de espacios bastante cerrados y casi siempre controlado.
En aquellos días lo habitual era leer que la falta de control sanitario en los mercados chinos facilitaba estas apariciones de virus descontrolados y que ellos —los chinos— deberían revisar sus controles para evitarlos. Aparecían como los culpables y todos los demás éramos meros espectadores.