Ellos, los que quieren que no se opine y trabajar decidiendo desde distintas opciones gubernamentales o de gestión, ellos: fueron LOS PRIMEROS entrenadores del lunes, pues ni vieron venir la gravedad del momento, ni supieron tomar decisiones antes de jugar el partido social del drama que empezó como una enfermedad y de momento ya es una gran crisis de la sociedad. Se tomaron decisiones parciales, lentas, tarde, y sin material de defensa sanitaria.
Es tiempos —al menos en España, pero también en todo el mundo— de muchos cambios, hay que ir preparándose con urgencia pero con dedicación e inteligencia social.
No es asumible lo que ha sucedido en las Residencias de ancianos. Tampoco es asumible los distintos criterios de pollo sin cabeza en asuntos tan fáciles y peligrosos como el número de fallecidos, la falta de material de defensa sanitaria, o sobre la Educación en todas sus edades.
No será asumible continuar con el elevadísimo número de denuncias por saltarse el Estado de Alarma que no siempre se ajustan a Derecho, como tampoco lo tendrá para el futuro unos planteamientos de confinamiento como los actuales, para los que hay que elaborar un Libro Blanco claramente complejo pero distinto.
Y sobre todo debemos recuperar la credibilidad de España entre los españoles y ante el mundo. Se ha jugado excesivamente con lo números, con las declaraciones, con los bulos y mentiras, pero desde múltiples ópticas, que son inasumibles en periodos de Paz y en el siglo XXI donde es muy complejo mentir sin que se detecte. Y mentir no es solo decir lo contrario a la verdad, también es manipular la verdad, callar algunas verdades, creer que la sociedad es un conjunto de personas infantiles.
No será asumible continuar con el elevadísimo número de denuncias por saltarse el Estado de Alarma que no siempre se ajustan a Derecho, como tampoco lo tendrá para el futuro unos planteamientos de confinamiento como los actuales, para los que hay que elaborar un Libro Blanco claramente complejo pero distinto.
Y sobre todo debemos recuperar la credibilidad de España entre los españoles y ante el mundo. Se ha jugado excesivamente con lo números, con las declaraciones, con los bulos y mentiras, pero desde múltiples ópticas, que son inasumibles en periodos de Paz y en el siglo XXI donde es muy complejo mentir sin que se detecte. Y mentir no es solo decir lo contrario a la verdad, también es manipular la verdad, callar algunas verdades, creer que la sociedad es un conjunto de personas infantiles.
La única manera de evitar BULOS es simplemente hacer creíble al que transmite la verdad.