Empezamos abril del año 2020 con cifras gruesas de afectados por la pandemia del COVID 19. Ya no hay político mundial que sea capaz de apelar a los abrazos, a rezar o a decir que lo mejor es contagiarse y esperar. Los tontos han virado sus discursos posiblemente alentados por sus asesores pues ellos parecen incapaces. Perdón, que sé que siempre hay algún tonto que propone "tontadas" peligrosas y con un marcado comunismo de extrema derecha.
¿Saben cómo se llama el comunismo de derechas? Fascismo. Es así de simple e incluso de peligroso.
¿Saben que hay algún político español que en febrero ya advirtió a Europa lo que está sucediendo en abril y le llamaron alarmista?Sigamos con los números.
Hoy llegaremos en todo el mundo a los 900.000 afectados declarados y diagnosticados en todo el mundo. Cifra mentirosilla que indica solo la capacidad de aumento diario. No sirve de casi nada.
Pero es posible que alcancemos o muy cerca la cifra de 45.000 personas fallecidas. Aunque ya hayamos superado los 180.000 curados que han superado la enfermedad. hay que recordar que hoy ya están afectados 206 países.
Pero los cifras más duras son las individualizadas por países y que no logran frenarse. Es posible que hoy lleguen a los 200.000 afectados en los EEUU con una cifra de fallecidos que se acerca a los 5.000. A su vez en Italia se superarán los 110.000 con casi 13.000 fallecidos y en España alcanzaremos los 100.000 y estaremos cerca de los 9.000 fallecidos. Alemania podría llegar hoy a los 75.000 y Francia estaría muy cerca de los 60.000. Cifras aterradoras como para no pensar que estamos en una III Guerra Mundial contra una enfermedad.
Pero hay que dar esperanza a todas las personas que atentamente observamos desde casa este drama. Están funcionando algunos tratamientos preventivos y de ataque a la enfermedad. Algunas pruebas médicas están dando resultados importantes para atacar el problema desde diferentes frentes. Esto se mueve mucho más rápido que lograr una vacuna, y es también algo importante.
Tenemos que seguir en casa, quietos y atentos, esperando que entre todxs seamos capaces de vender el problema. Después tocará hacer cambios profundos en nuestras maneras, o acostumbrarnos a padecer estos dramas. Depende de nosotros.