Es verdad que la mayoría —hay que ser sinceros— no sirven por diversos motivos, casi ninguno achacable al propio trabajador. Pero recogerlas, premiarlas, analizar y archivarlas de forma activa es un gran ejercicio de empresa.
Pero además hay empresas que premian y casi obligan a que se dedique un tiempo del trabajo en ciertos puestos, con ciertas responsabilidades, a investigar la mejora contínua del trabajo. A plantear innovaciones y nuevas ideas desde los puestos intermedios de responsabilidad.
Este proceso provocado es mucho mejor y moderno que el anterior. Se está inculcando los procesos de investigación interna, se analizan y se defienden o se critican. Se exploran en profundidad para buscar sus posibilidades reales de que sirvan.
Son empresas que saben que el cambio constante es inevitable y que hay que estar preparado para ello. Que tu empresa hoy no se parecerá en casi nada a la empresa de dentro de cinco o diez años. Y por eso hay que estar constantemente buscando ideas nuevas para sobre todo prepararse.
No se trata solo de ver tus propios cambios, sino de ver los cambios de los mercados, de la sociedad, de la competencia, de la realidad que nos envuelve.